Moneda Exprés:
Una manera de evitar la ruptura de la zona euro.

La recuperación económica de los países endeudados por medio de una  moneda regional de circulación rápida provista de un freno a la evasión.

Moneda Exprés: Una manera de evitar la ruptura de la zona euro
Juni 2012, 12 páginas, pdf

 

Resumen:

Es posible superar la crisis del euro. La solución se llama Moneda Exprés. A continuación se detallan algunas de las ventajas que ofrecería:

· Con la Moneda Exprés los países en crisis de la zona euro podrían acelerar la circulación monetaria en sus economías (optimización de la liquidez) y, por tanto, promover el crecimiento económico, creando nuevos puestos de trabajo, incrementando la recaudación fiscal y reduciendo su dependencia de otros países.

· Los parlamentos y gobiernos de Grecia, Portugal y/o Irlanda podrían de manera autónoma adoptar una moneda regional estatal (en lo sucesivo: ME).

· La ME es singular por dos motivos: 1) por medio del incentivo a la circulación (cuota de usuario) la circulación monetaria se acelera, estimulando la economía. ¡Duplicando la velocidad monetaria se duplica el PNB! 2) Por medio del freno a la evasión (tasa de cambio por la conversión a euros) se consigue que se quede más dinero en el país, fortaleciendo la economía regional y reduciendo el déficit comercial.

· Emitiendo ME, el Estado consigue de manera inmediata un incremento del 10% en la liquidez disponible; por otra parte, el incentivo a la circulación y el freno a la evasión le proporcionarían varios miles de millones de euros extra. Las personas con bajos ingresos apenas si se verían afectadas por dichas cargas.

· Los créditos en ME conllevan un menor tipo de interés que los créditos en euros; por lo tanto, facilitan la inversión económica.

· La ME pronto se convertirá en el vehículo para un gran porcentaje de las transacciones de pago nacionales.

· La ME circulará sólo en la economía real de bienes y servicios puesto que no resultará adecuada para los ”productos financieros” especulativos.

· Los países se beneficiarán de la moneda regional y además no se verán forzados a dejar el euro, algo preferible a la catastrófica salida del euro.

 

No habrá una ME si esta idea no llega a los responsables políticos, económicos, a los medios de comunicación y organizaciones sin ánimo de lucro y, además, el tema tendrá que ser objeto de un amplio debate público. Ya se están preparando las traducciones de este concepto al alemán, inglés, griego y portugués, entre otros idiomas (se puede consultar: www.eurorettung.org). Divulgar el término entre todas aquellas personas cuyo apoyo pueda ser necesario para que la Moneda Exprés sea adoptada por los países en crisis!

Salvar a Grecia con Moneda Exprés

Escrito por Christian Gelleri y Thomas Mayer; traducido por Daniel Lévy

En las últimas semanas, el futuro de Grecia en la zona euro es incierto. En esto, la pregunta “euro o dracma” es demasiado absoluta, pues hay caminos intermedios. Muchos economistas han propuesto últimamente para Grecia la introducción de una moneda paralela basada en diversos modelos. ¿Qué alternativas tiene Grecia actualmente y cuáles son sus consecuencias?  A continuación exponemos cuatro opciones, de las cuales recomendamos la cuarta, la Moneda Exprés: una moneda complementaria cubierta por el euro y con un incentivo a la circulación.

1. Penuria al aplicar las medidas de economía

Cumpliendo el plan de consolidación, Grecia continuaría recibiendo el apoyo de la Unión Europea (UE), del Banco Central Europeo (BCE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI), seguiría solvente y recibiría dinero del fondo estructural comunitario, lo que corresponde aproximadamente a un 2% del Producto Nacional Bruto (PNB). Pero a pesar de todas las medidas económicas estatales, la montaña de deudas seguiría creciendo, la recesión se mantendría por lo menos dos años, el paro permanecería a un nivel alto y el empobrecimiento continuaría en crecer. Con ello los sueldos bajarían más, lo que es necesario para aumentar la competitividad. Todo ello conduciría a un amargamiento y radicalización de la población, privada de un auge económico.

2. Colapso caótico al salir del euro

Si el Gobierno rescinde el paquete de ayuda acordado con la UE, el BCE y el FMI, los pagos de ayuda acaban total o parcialmente. El estado griego se torna insolvente y ya no puede pagar sueldos, rentas, proveedores ni deuda. Dada la insolvencia, el BCE ya no acepta la emisión de deuda pública griega como aval de crédito, con lo que todos los bancos griegos quedan en bancarrota aislados del suministro de dinero. Al mismo tiempo se desata un pánico bancario y una fuga de dinero al extranjero. La situación se torna tan caótica que el Estado sólo puede reaccionar con un cierre temporal de las fronteras, una congelación de las cuentas y una reimplantación del dracma, teniendo que salir de la zona euro y de la UE. Todas las cuentas en euros existentes se cambian forzosamente por dracmas. Éstos se devaluarián presumiblemente hasta un 50% respecto al euro, con lo que el precio de los productos de importación se duplica. La población sufre súbitamente una gran pérdida de ingresos, el comercio exterior sólo es posible al contado, las empresas tienen dificultades para financiar materias primas del extranjero. El PNB griego se desplomaría según estimaciones un 20% más. Si bien la economía griega se aprovecharía a largo plazo de la fuerte devaluación, por lo pronto habría que digerir la conmocionante caída.

Dado que el Estado griego ya no dispondría de euros, los acreedores extranjeros se encontrarían frente a otra remisión radical de la deuda. La salida costaría solamente a Alemania hasta 80 millardos de euros. Pero sobre todo, la salida de Grecia podría provocar un efecto dominó de fatales consecuencias económicas y sociales para toda la zona del euro.

3. Mayor competitividad con una moneda paralela muy devaluada

Si el euro y una moneda paralela valieran al mismo tiempo, se podría evitar una salida del euro con sus efectos negativos. Ello es lo que propusieron por ejemplo el jefe del banco central polaco Marek Belka y también el entonces economista jefe de la Deutsche Bank, Thomas Mayer (tocayo del coautor de este artículo), que llamó “geuro” a la moneda paralela. El tema de las monedas paralelas lo vienen discutiendo los economistas desde hace meses.

La idea básica es que el Estado empieza a pagar total o parcialmente sus gastos en títulos de  deuda pública respectivamente en una nueva moneda paralela. Conformemente necesita menos créditos de ayuda en euros. La moneda paralela podría generarse mediante títulos de deuda pública, un nuevo banco emisor o titulizaciones de propiedades estatales.  

Pese a la introducción de una moneda paralela, las cuentas en euros existentes permanecen estables, con lo que se evita un pánico bancario y se protegen los ahorros. El nuevo “geuro” es libremente convertible respecto al euro y se devaluaría presumiblemente hasta un 50%. Las mercancías en Grecia se marcarían por tanto doblemente con un precio en euro y un precio actual en “geuro”. Las mercancías extranjeras se tornarían más caras para los griegos, pero las exportaciones desde Grecia serían considerablemente más baratas, lo que a largo plazo mejoraría la competitividad y daría auge a la economía griega exportadora y al turismo. Al mismo tiempo crecería la demanda interior, pues las mercancías extranjeras serían impagables. Con ello resultan los necesarios impulsos de crecimiento para la economía griega.

Pero como todos los créditos nacionales y extranjeros existentes rezan en euros y no pueden ser atendidos con ingresos devaluados en “geuros”, tendrían que ser reescritos proporcionalmente por decreto en “geuros”. Eso significa una pérdida para los acreedores extranjeros, a no ser que el “geuro” se acercara con los años al euro gracias a una buena política presupuestaria y económica. Dado que los bancos griegos se han refinanciado con euros, pero ahora tienen créditos en “geuros”, están obligados a realizar altas amortizaciones que no pueden asumir ellos mismos, con lo que deben ser apoyados otra vez por la UE y el BCE.

Una moneda paralela de libre conversión evitaría pues las consecuencias catastróficas de una salida del euro. La drástica devaluación afecta en primer lugar a los clientes y a las empresas e implica grandes problemas con los créditos en euro existentes, pero a largo plazo se mejora la competitividad de la economía griega. El auge económico sería más previsible y Grecia podría ser desvinculada más pronto de la protección del fondo de rescate. Por ello, esta opción es para los países del euro más barata que las otras dos opciones más arriba. Grecia tendría tiempo para desarrollarse, hasta que algún día el “geuro” fuera innecesario.

4. Moneda Exprés: motor coyuntural y senda suave

Hace diez años se instauró la moneda regional más importante de Alemania, el Chiemgauer. Sus fundadores, Christian Gelleri y Thomas Mayer, han aprovechado sus experiencias con el Chiemgauer para desarrollar en su estudio “Moneda Exprés en vez de salida del euro” una moneda complementaria al euro capaz de procurar a Grecia un motor coyuntural y una senda suave para sobrevivir la crisis del euro.

La Moneda Exprés está vinculada al euro, respaldada por euros y puesta en circulación por el Estado y la Banca Nacional. En caso de devolución de Moneda Exprés se aplica como freno a la evasión una tasa de cambio por la conversión a euros del 10%. Con ello se consigue que el dinero se quede en el país y que la Moneda Exprés esté un poco devaluada con respecto al euro, lo que favorece a la economía griega. Este tipo de cambio fijo es claramente calculable para las empresas y llevadero para la población griega. Gracias al tipo de cambio fijo, no es necesario renegociar los créditos de euros, con lo que los bancos griegos evitan más desvalorizaciones. Grecia puede permanecer en el sistema del euro como miembro de pleno derecho, la banca emisora griega tiene tan sólo la tarea adicional de cambiar Moneda Exprés por euros. Para cubrir la Moneda Exprés necesaria en Grecia son precisos trece mil millones de euros. No hace falta financiar dicha cantidad adicionalmente, el Estado cambia euros por Moneda Exprés y paga así sus gastos.

Aparte de la cobertura en euros y del freno a la  evasión, la Moneda Exprés está dotada de un incentivo a la circulación. Mediante una cuota de usuario de un 8% anual, la circulación monetaria se acelera, lo que impulsa a la economía. La idea básica es la siguiente: Si no se puede introducir dinero adicional en la economía, por no existir o por desaparecer inmediatamente por efecto de importaciones o fugas de capital, hay que aprovechar mejor el dinero existente (optimización de la liquidez). Si todos los participantes cambian su comportamiento y gastan el dinero más rápidamente, la demanda interior se refuerza masivamente y Grecia podría salir según los cálculos pronto de la recesión. Duplicando la velocidad monetaria se duplica el PNB, siempre y cuando el dinero quede en la economía real y existan capacidades libres.

Así pues, la Moneda Exprés encaja sin problemas en el sistema del euro y en los vigentes acuerdos con la troica de la UE. No hay ningún problema con los créditos de euros. Mediante una devaluación del 10% se mejora el poder de competitivo de Grecia y el incentivo a la circulación inicia un fuerte crecimiento económico que lleva a nuevos puestos de trabajo y a más ingresos por impuestos. Otros conceptos de dinero paralelo carecen de este motor coyuntural, el crecimiento sólo lo conciben a base de una dolorosa depreciación monetaria. Por el contrario, la Moneda Exprés evita cualquier choque financiero y otras amarguras a la población y es por tanto la senda más suave para un auge económico.

Wilhelm Busch:

Wer anderen etwas vorausgedacht
wird jahrelang erst ausgelacht.
Begreift man die Entdeckung endlich
so nennt sie jeder selbstverständlich.